Nueva York, 12 sep (EFE).- Mientras
miles de maestros se manifiestan en las calles de la Ciudad de México en contra
de la reforma educativa impulsada por el Gobierno, la escritora y periodista
mexicana Elena Poniatowska destacó hoy la necesidad de que la gente salga a las
calles. “Es muy importante que la gente se manifieste, salir a la calle, decir,
hablar, estorbarle al Gobierno”, comentó en una entrevista con Efe la autora de
“La noche de Tlateloco” antes de participar en una charla en la Asociación de
las Américas de Nueva York como parte del festival “Celebrate México Now!”.
La escritora de origen polaco, nacida
en París (Francia) en 1932 y emigrada después a México, reconoció que este país
“está viviendo un momento difícil” porque “hay un verdadero abismo entre una
clase social y otra. Los maestros su culpa mayor es que son pobres y reclaman
su plaza”.
Este miércoles, unos 12.000 maestros de
la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) bloquearon
importantes avenidas de Ciudad de México como parte de sus protestas contra la
reforma educativa, que aseguran podría generar despidos masivos, y que les ha
llevado a acampar durante meses en la plaza del Zócalo. “Es una situación muy
crítica, es el resultado de la gran corrupción que ha habido en los círculos de
poder en México”, reiteró Poniatowska, muy crítica contra el presidente del
país, Enrique Peña Nieto, y férrea defensora del ex-candidato presidencial
izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
La intelectual mexicana aseguró después
a la prensa que el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI)
“utiliza al país para enriquecerse” y que, de haber llegado al poder el que
considera como el “presidente legítimo”, López Obrador, habría puesto “a los
pobres primero”.
En todo caso, Poniatowska recordó que,
si algo “es único, son los mexicanos, el pueblo. La gente es de una gran
generosidad, muy ingeniosa y que a pesar de lo mal que les va tiene una gran
vocación por la felicidad”.
Sus 81 años no le impiden levantarse
con soltura de la mesa para explicar cómo recientemente vio a “unas viejitas”,
“más viejitas que yo”, bromea, que estaban riendo a pesar de tener el agua
hasta la cintura tras haber perdido sus casas en Iztapalapa por las recientes
lluvias. “Y dices, bueno, a lo mejor la salvación de México es la risa. Al día
siguiente seguro irían a comer tacos, garnachas y flautas, y si es posible
echarse su tequila”, asegura.
La escritora es probablemente la figura
más representativa del mundo literario mexicano, que a su juicio quedó
“huérfano” con la muerte de Carlos Fuentes en mayo del año pasado, quien era la
“carta internacional” de México, el que “tenía relaciones no solo literarias
pero políticas”, el que “respondía a EU”.
En todo caso, aseguró que están
surgiendo muchos “jóvenes buenos escritores” que están regenerando el panorama
literario mexicano, como Jordi Soler, Álvaro Enrigue o Valeria Luiselli, aunque
no es tan optimista con el mundo del periodismo, que a su juicio está “dañado
por la inmediatez”.
EFE
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