lunes, 23 de septiembre de 2013

"RE-COLONIZACION Y DEFENSA CONTRA ELLA" ES EL NOMBRE DEL JUEGO.

Comentario de Netza: Al siguiente artículo de Anaid Campos y Raúl Romero, añadiría yo la construcción de la unidad de todos los partidos políticos de izquierda, así como con las extensas zonas que constituyen las bases del PRI y el PAN (las cuales son, en realidad, víctimas inconscientes y estafadas, y no victimarios avezados).       




La "Unidad Popular" frente a la "Recolonización de México".
Por: Anaid Campos Nájera y Raúl Romero 

Es fundamental, para empezar, dar algunos rasgos del contexto actual nacional: 

1.- La primera fuente de ingresos nacionales procede de la explotación y comercio del petróleo y sus derivados. De concretarse la “contra-reforma” energética seriamos despojados, como nación, de la mayor parte de estos ingresos.

2.- La segunda fuente de ingresos nacionales proviene de las remesas que los mexicanos en EUA envían a sus familiares. La nula globalización laboral, que se traduce en el cierre de fronteras y la persecución de los trabajadores, hace que el ingreso de las remesas a nuestro país sea cada vez menor.

3.- Actualmente, en México más del 30 por ciento del territorio está concesionado a las corporaciones mineras.

4.- La guerra que inició Felipe Calderón y que hoy continua Enrique Peña Nieto bajo el pretexto del “combate al narcotráfico”, ha provocado la muerte de más de 100 mil personas, la desaparición forzada o involuntaria de otras 30 mil y cientos de miles que han sido desplazados de sus lugares de origen.

5.- La estrategia de “seguridad nacional” es financiada y operada logísticamente de acuerdo a los intereses geopolíticos de los EUA. La situación se agrava si contamos el espionaje presencial y electrónico y las varias oficinas de seguridad e inteligencia de Washington en nuestro territorio.

6.- Como consecuencia de lo anterior, el proceso de militarización se ha intensificado; peor aún, los grupos en el gobierno se han empeñado en la creación de una gendarmería nacional que en los hechos significa la continuación de la militarización de la seguridad pública.

7.- La legalización de la criminalización y de la represión de la protesta social son un hecho innegable. Hoy día se persigue, reprime y encarcela a luchadores sociales y activistas etiquetados como terroristas. Además, la desaparición forzada o asesinato de líderes y miembros de organizaciones sociales es un fenómeno recurrente por todo el país.

8.- En el ámbito alimentario, estamos frente a una crisis que está matando de hambre a un sector de la población y al resto lo está envenenando por la producción y distribución de alimentos chatarra que han generado enfermedades cardiacas, diabetes y cáncer.

9.- El feminicidio es un hecho de todos los días: cada 24 horas hay más de 6.4 mujeres asesinadas y de 1985 a 2010 se registró un acumulado de 36,606 casos de mujeres asesinadas por razones de género.

10.- Por otra parte, a la falta de oportunidades laborales y educativas para las juventudes se añade el aumento en la taza de suicidios y asesinatos: al año 1,840 niños y adolescentes se quitan la vida. Se calcula también que d e los 30 mil muertos de la “guerra contra el narcotráfico”, 18 mil eran jóvenes. A lo anterior se agrega que existen 19 millones 200 mil jóvenes de entre 15 y 29 años que no tienen acceso a educación y que existen 155 mil jóvenes presos en el país que tienen menos de 28 años.

11.- En cuanto a los pueblos indígenas se refiere, hay que señalar que las políticas de explotación, discriminación, racismo y clasismo siguen siendo la constante en esta materia, al tiempo que los pueblos indígenas son despojados de su territorio y fuente de vida; condenándolos así a la exclusión absoluta y en muchos de los casos a la muerte.

12.- Estos fenómenos de limpieza social y étnica en las poblaciones rurales y urbanas, tanto de indígenas como de mestizos de México, nos hace suponer que estamos bajo la implementación de políticas genocidas abiertas y encubiertas.

13.- A todo lo anterior sumemos que el Pacto por México ha suplantado al Poder Legislativo, es ahí donde los hombres más ricos del país y del mundo y los representantes de los partidos políticos toman las decisiones más importantes y negocian la entrega del país al capital extranjero. Vale señalar que las reformas estructurales –acordadas en el Pacto por México- que actualmente pretenden aprobarse y ejecutarse, representan la fase más avanzada de la desestructuración del Estado mexicano. De ésta forma, los poderes reales se imponen sobre los poderes reales, violando en su totalidad el Estado de derecho.

Tomando en cuenta estos y otros elementos, podemos decir que actualmente nos encontramos en una fase de recolonización en donde las corporaciones, aliadas con las burguesías nacionales y el respaldo estatal, junto con sus operadores políticos que se encuentran en todos los partidos y niveles de gobierno; se apropian velozmente de los recursos naturales, de la tierra y del territorio, atentando contra la vida misma de las poblaciones y el espacio en el que habitamos.

Frente a éste contexto de recolonización nacional se vuelve urgente la Unidad Popular de todos los sectores y clases oprimidas. Ésta Unidad Popular es una alternativa, un acto político y ético que no implica el olvido de nuestras diferencias, prácticas o modos de organizarnos; mucho menos el abandono de nuestros principios. Todo lo contrario, dicha unidad debe partir del respeto y riqueza de nuestras diferencias, sin imponer una única ideología, dirección o forma de lucha.

Se trata de crear una red de organizaciones, donde cada grupo, sector, movimiento, frente o colectivo se planteé como objetivo común la defensa de la nación y que desde sus trincheras luchen por la justicia, la libertad, la democracia y en defensa de la soberanía nacional.

Cada grupo, sector, movimiento, frente o colectivo, con sus modos y bajo sus principios y reglas, necesita articularse en redes para realizar acciones coordinadas.

Para esto se requiere de un programa mínimo que permita la coordinación de las acciones. Algunos elementos de este programa mínimo podrían ser:

1.- Construir espacios de diálogo, debate y consenso –pequeños, grandes, de todo tipo–. Estos espacios servirán como sitios de aprendizaje que fomenten la organización, el respeto y cumplimiento de los acuerdos tomados.

2.- La defensa de la vida y de nuestros derechos es prioridad. Así mismo, cada acto y acuerdo deberían basarse en la pluralidad y el respeto a las diferencias, incluyendo únicamente a aquellas que respetan la vida y los derechos humanos.

3.- Las categorías históricas, basadas en las prácticas de los pueblos y no en ideas metafísicas, serán fundamentales para el análisis de la situación nacional y la configuración de alternativas.

4.- Dar la lucha de forma presencial y también en los espacios electrónicos. Nuestra organización necesita de Nodos donde confluyan las conexiones de otros espacios.

5.- La interacción de Redes, Colectivos y el entramado de luchas, tanto aquellas que se dan en el ámbito de lo local, como aquellas inmersas en lo regional y lo global.

6.- La rebelión, la resistencia y todas las luchas por la liberación, la democracia y la justicia necesitan de una ética política personal y colectiva.

7.- Incluir el programa de lucha de aquellos sectores, grupos o movimientos que tienen demandas a corto plazo y combinarlas o hacerlas parte de aquellas luchas que se plantean objetivos a mediano y largo plazo.

8.- Luchar contra las ideas de la filosofía individualista y del pensamiento hegemónico que aseguran que todo ser humano tiene un precio y que la corrupción y la desigualdad son inherentes a la humanidad.

Pensamos que la libertad y el fin de la explotación y de la opresión sólo son posibles reconociendo los derechos de todos y todas: no caben en la construcción de un mundo distinto las prácticas patriarcales o la discriminación por preferencias sexuales o por filiaciones ideológicas, políticas o religiosas.


Resistir a esta etapa de la globalización neoliberal ya no es suficiente. Hoy se ha vuelto necesario, para nuestra propia sobrevivencia, la construcción de alternativas incluyentes donde quepan todas las izquierdas y así iniciar la construcción de ese mundo en el que quepan muchos mundos.

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