viernes, 28 de marzo de 2014

Los huérfanos de argumentos.



LOS MEDIOS DE COMUNICACION MASIVA 
CONTRA NICOLÁS MADURO.

Por: Vincenzo Basile

El pasado 26 de marzo, en el medio de las protestas en Venezuela, de la escalada de violencia que está sacudiendo algunos lugares del país, y un intento de golpe suave contra un gobierno democráticamente elegido hace menos de un año, volvió a ocurrir la triste escenificación de la incapacidad de hacer una concreta oposición política, hecha de concretos programas alternativos y argumentaciones válidas.

El factor desencadenante de esta nueva pieza de la degeneración informativa, ha sido un acto dedicado a Simón Bolívar y presenciado por el presidente venezolano Nicolás Maduro. El mandatario, en el medio de su discurso, afirmó:
“(...) Bolívar pasó su luna de miel aquí. Era un muchacho. En ese momento tenía dos sueños. El sueño de la independencia. Y el sueño personal de la felicidad con una mujer, un matrimonio. (...) El destino estaba marcado. Y así como fue a los tres años huérfano de padre; a los nueve huérfano de madre; apenas a los diecisiete, dieciocho años fue huérfano de esposa, si se puede decir de esta forma. Huérfano de esposa. Dicen viudo, pero al final se quedó huérfano, se quedó solito, solo, para cumplir su destino (...).”

Tras la lectura de estas pocas palabras, queda perfectamente claro que el presidente venezolano no se confundió, no hizo ningún disparate, ni creyó que “huérfano” y “viudo” son sinónimos.

Sin embargo, a pesar de la total claridad de este discurso, cuya sustancia puede considerarse compartible o menos, la maquinaria de la desinformación y manipulación se puso rápidamente en marcha y decenas de medios reprodujeron la misma visión: Maduro dijo que Bolívar era huérfano de esposa.

El diario caraqueño Tal Cual Digital, publicó un artículo titulado “Huérfano verbal” en el que escribió que “El presidente Nicolás Maduro aseguró que cuando (Bolívar) murió quedó huérfano de esposa, sin embargo, parece que luego se dio cuenta que la había puesto y se excusó al decir que algunos le dicen viudo”.

La página web de la emisora colombiana Radio Cadena Nacional destacó que “El Presidente venezolano ha sido objeto de burlas en las redes sociales por tratar de decir que Simón Bolívar quedó viudo a los 17 años y afirmar que era “huérfano de esposa”.

El también diario de Caracas La Patilla, el colombiano Vanguardia y los argentinos Clarín Los Andes ocultaron directamente parte de las palabras del mandatario y escribieron que “Maduro, como es de costumbre, siempre da motivos para que cada alocución sea “recordada”, y en esta oportunidad, narró que Bolívar quedó “huérfano de esposa”, suponemos que quiso expresar que quedó viudo”.

Diario de Cuba, desde España, relató que “Maduro insiste en los disparates” y que esa fue “otra de sus innovaciones terminológicas”.

Y para completar el patético show, la mayoría de los citados medios, trató de otorgarle mayor validez a este último intento de desacredito mediático, recurriendo a la Real Academia Española. Escribieron que la RAE considera huérfano a “una persona de menor edad: A quien se le han muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre”.

Algo absolutamente patético y ridículo si se considera -en primer lugar- que el presidente Maduro no confundió los términos, sino sencillamente pretendió enfatizar la soledad en la cual se encontró Simón Bolívar al perder su esposa; y en segundo lugar, aun más ridículo, es que sus mismas armas se vuelven contra su propia “tesis”: la Real AcademiaEspañola sí considera también huérfano a quien se encuentra “falto de algo, y especialmente de amparo” y muchos otros diccionarios respaldan este significado al considerar huérfano a alguien “que carece de algo necesario, en especial de protección o cuidado”.

Tratar de desacreditar la imagen de los líderes latinoamericanos con inventos de esta bajeza informativa no es una ‘estrategia mediática’ novedosa. Tan solo hace falta recordar lo que pasó el pasado mes de agosto, por ejemplo, cuando diarios y canales de televisión de todo el circuito antiprogresista mundial, intentaron desprestigiar la figura del recién electo mandatario venezolano atribuyéndole una confusión de banderas.

Pero no solamente no es una estrategia novedosa, sino tampoco es fructuosa para estos mismos medios. Es un fracaso anunciado y el emblema más evidente de una completa desesperación que caracteriza a los sectores de la derecha antiprogresista latinoamericana -de la cual estos medios son altavoces- que no tienen más herramientas, capacidades o voluntades políticas para justificar su oposición contra los que impulsan los procesos progresistas en el continente.

Como toda obra humana, la revolución bolivariana no está absolutamente libre de culpas, fallos y responsabilidades, y la acción de ningún líder puede considerarse dispensada de críticas y cuestionamientos. Sin embargo, parece que estos medios, así como otras herramientas ‘generadoras’ de opinión pública latinoamericana, sobre todo en las redes sociales, prefieren el descrédito a la argumentación, la injuria a la exposición de ideas.

Y aun evitando todo tipo de simplificación, solo se puede concluir que esto dice mucho (en realidad nada) sobre la alternativa política buscada en Venezuela y en Nuestra América por los sectores de la oposición y por sus altavoces naturales, los medios que se han quedado evidentemente huérfanos de argumentos.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
;