viernes, 4 de abril de 2014

Morena como partido: no todo es lo electoral y nunca un mercado de espacios de poder.





Por: Netzahualcóyotl Zaragoza Jiménez

Una de las constantes críticas que se le han hecho a Morena en su camino hacia la constitución como partido político, es la de que el poder actual en México (el criollo, con su burguesía torpe y feroz, y el poder que reside en el World Bank, la Reserva Federal, las petroleras, etc., en los EEUU), nunca dejará que arribe al poder en nuestro país un gobierno de izquierda; sobre todo a que arribe por la vía electoral.

“Ya se vio” –dice con bastante razón mucha gente-, “que nunca dejarán a AMLO llegar al poder por la vía electoral. De ser necesario le robarán una y otra vez las elecciones a las que se postule.”   Las experiencias del 2006 y 1012 refuerzan esta conclusión. Con el IFE de su lado junto con su Tribunal de Delitos Electorales, los medios de comunicación también de su lado, las inmensas cantidades de recursos desviados por los gobernadores de los Estados para “pagar” procesos electorales, y el poder corruptor sin sanción del Presidente de la República, es prácticamente imposible pensar en un eventual arribo a la Presidencia de la República por la vía electoral. De eso precisamente se trataba cuando AMLO expresó: “Al diablo con SUS instituciones” Es decir: al diablo con lo que tú (poder) refieres como INSTITUCIONES, porque están corrompidas, las has corrompido y sirven para todo MENOS para lo que fueron creadas: el IFE para efectuar elecciones equitativas y tranparentes, los medios de comunicación para informar y crear opinión; los Gobernadores para conducir los Estados al margen de colores políticos, etc.

Entonces, ¿para qué sirve un próximo Partido si la vía electoral es altamente improbable que sea la vía del cambio?

Esta pregunta sería pertinente si un Partido Político de izquierda tuviera como único objetivo las elecciones, y aún si éste fuera el caso, tampoco cabe cuestionarse para qué sirve jugar el juego democrático en un escenario pervertido y perversor.

Veamos estos dos puntos:

1.- UN PARTIDO POLÍTICO DE IZQUIERDA SOLO TIENE COMO OBJETIVO LAS ELECCIONES.  

Pensar así es no entender qué es un partido político, cómo contribuye al cambio social y cuál es –en estos momentos- su labor principal.

Cuando por espacio de más de 200 años a una República se le ha negado  toda forma de democracia, aún la más limitada y básica, la labor de un Partido Político es precisamente la de ayudar a revertir esta condición. La mayoría de los 220 millones de mexicanos no saben qué es ser ciudadano, cómo debe tomar en sus manos las riendas de su vida y su condición social, cómo involucrarse y comprometerse en la política que responderá a sus intereses, cómo luchar y hacer valer sus decisiones, etc.. 
El poder criollo y el neo-imperial les ha sumido en un estado infantil de renuncia a la vida política, a la vida ciudadana. Su participación política se reduce a cada 3 ó 6 años votar… y aún así el voto se les traiciona. Así que una labor fundamental de un Partido Político es enseñar a la población A SER UN CIUDADANO POLÍTICO, y no solo un eterno elector defraudado o fraudeado. Organizarse, fijar necesidades, plantear o replantear problemas comunes, encontrar soluciones, defenderse, empujar por la promulgación y acatamiento de leyes, etc., son labores que el mexicano no sabe hacer y que es fundamental que sepa hacerlo. Y la enseñanza de esto le corresponde al Partido Político de izquierda, independientemente del objetivo electoral.

2.-  ¿DE QUÉ SIRVE JUGAR EL JUEGO DEMOCRÁTICO EN UN ESCENARIO PERVERTIDO Y PERVERSOR?

Que en la actualidad la vida política de México sea una farsa perversa no significa que la Democracia como objetivo esté clausurada. Es como decir que ya que en México la televisión es una basura, habría que derribar todas las torres de transmisión, requisar todos los televisores y encarcelar a todos los camarógrafos. Si la televisión es una basura, habrá que trabajar PARA QUE YA NO LO SEA.

Hasta en tanto a la población se le respete el voto y las elecciones sean efectivamente equitativas, se le debe enseñar al mexicano a ser ciudadano, a votar y ser votado, a involucrarse en sus problemas y. sobre todo, en sus soluciones. Y se les debe enseñar desde hoy para que, llegado el momento del cambio, ejerza su papel fundamental de ciudadano libre y comprometido consigo mismo y con los demás. Y esta enseñanza la debe realizar el Partido Político, aunque todo el entorno sea un lodazal, o más bien debido a que es precisamente un lodazal.

Por eso pienso que está muy bien que en MORENA no todo sea electoral, y que NUNCA, NUNCA se debe convertir en un mercado de espacios de poder, sean éstos chiquitos, grandotes, lucidores o como sea, porque sería traicionar a lo que nos hace diferentes: la consciencia, el compromiso y la dignidad.                   

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