Sería un consuelo afirmar que el país está estancado y no se mueve ni para atrás ni para adelante. La violencia aún ensangrienta y enluta al país, las reformas estructurales que puntualmente instrumentan el PRI y sus aliados (la derecha que no teme decir su nombre y la que simula ser izquierda), han embarcado a México en un proceso regresivo que golpea y golpea la educación laica y gratuita, los derechos laborales, el derecho a manifestarse y protestar, el derecho a la verdad que nos deben funcionarios y medios de comunicación, el derecho a disfrutar de nuestros recursos naturales, que ahora con el mayor cinismo son entregados al gran capital que gobierna al planeta.
La realidad que padecemos es imposible. Avanzamos de forma tan incierta como los niños migrantes que se dirigen al norte. O tan estúpidamente como quien nomás porque sí, se lanza al mar desde la cubierta de un crucero. ¿Y la clase política? ¡Bien gracias! Su accionar respecto a la patria puede ejemplificarse con la bárbara, irracional, imperdonable felonía que un par de ex-asambleístas del PAN y sus cuates realizaron tras la eliminación de la selección nacional del mundial de futbol, propinando abusivos tocamientos a una chica brasileña y golpeando después a su acompañante. Los rufianes fueron detenidos y podrían ser condenados, de dos a ocho años de prisión, por la justicia brasileña. Acá, sus pares gozan de total impunidad y, sin el menor recato, siguen metiendo mano a una patria exhausta, y pasando por encima de quien se les ponga enfrente. ¡Gacha nuestra calaca!
@Vegdelanoche
Nota editorial leída el 1° de julio de 2014 en #LosAtractivosDeLaNoche, programa de radioamlo.org, que se transmite los miércoles de diez de la noche a una de la mañana.
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