viernes, 10 de febrero de 2012

Carta de la hija de Garzón a los que brindarán con champán.

La Justicia con mayúscula es difícil de localizar en los días que corren en el mundo. Uno de los lugares que con dignidad emanaba Justicia era la oficina del juez español Baltazar Garzón, quien con mano implacable emprendía pocesos de elemental Justicia contra criminales internacionales, desde torturadores argentinos hasta dictadores chilenos. Pero cuando el turno le llegó a los crímenes del franquismo, en su propia patria perpetrados, el problema que debió enfrentar Garzón fue muy grande. 


Habiéndolo inhabilitado como juez por 11 años, debido a un juicio nauseabundo, su hija escribió a la opinión pública, una carta que les copio a continuación:

"Esta carta está dirigida a todos aquellos que hoy brindarán con champan por la inhabilitación de Baltazar Garzón.

A ustedes, que durante años han vertido insultos y mentiras; a ustedes, que por fin hoy han alcanzado su meta, conseguido su trofeo.

A todos ustedes les diré que jamás nos harán bajar la cabeza, que nunca derramaremos una sola lágrima por su culpa. 
No les daremos ese gusto. 
Nos han tocado, pero no hundido; y lejos de hacernos perder la fe en esta sociedad nos han dado más fuerza para seguir luchando por un mundo en el que la Justicia sea auténtica, sin sectarismos, sin estar guiada por envidias; por acuerdos de pasillo.

Una Justicia que respeta a las víctimas, que aplica la ley sin miedo a las represalias.

Una Justicia de verdad, en la que me han enseñado a creer desde que nací y que deseo que mi hija, que hoy corretea ajena a todo, conozca y aprenda a querer, a pesar de que ahora haya sido mermada.

Un paso atrás que ustedes achacan a Baltasar pero que no es más que el reflejo de su propia condición. Pero sobre todo, les deseo que este golpe, que ustedes han voceado desde hace años, no se vuelva en contra de nuestra sociedad, por las graves consecuencias que la jurisprudencia sembrada pueda tener.

Ustedes hoy brindarán con champán, pero nosotros lo haremos juntos, cada noche, porque sabemos que mi padre es inocente y que nuestra conciencia SÍ está tranquila.

Madríd, 9 de febrero de 2012.

María Garzón Molina"

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